La capa de la superficie terrestre en la cual habitamos es sólida, pero también existe otra capa formada por agua, principalmente en los océanos; a estas dos capas se les conoce bien, pero acerca del interior de la Tierra conocemos muy poco.
El hombre ha realizado viajes al espacio y a los fondos marinos, pero nunca ha hecho un viaje al interior de la Tierra.
Por lo tanto, para conocer el interior de la Tierra, el hombre ha tenido que valerse de otros medios entre los que destacan:
a) las erupciones volcánicas, las cuales han aportado valiosa información del interior de la Tierra, mediante el estudio de los materiales que son arrojados a la superficie durante la acción volcánica;
b) los sismos, a través de cuyo registro con respecto a los cambios en la trayectoria y velocidad de las ondas sísmicas que se desplazan en el interior y superficie de la Tierra, ha sido posible establecer ideas confiables sobre su forma interna.
Existen tres maneras en que se desplazan las ondas sísmicas: primarias (P), secundarias (S) y superficiales o largas (L).
Las ondas primarias tienen la característica de propagarse en medios líquidos y sólidos, aunque su velocidad es mayor en los materiales rígidos. Las ondas secundarias sólo se transmiten en medios sólidos, con menor velocidad que las primarias; las ondas superficiales o largas se generan a partir de la energía de las ondas primarias y secundarias y se propagan a menor velocidad en la parte superior de la corteza terrestre.
A ciertas profundidades del planeta, la velocidad de las ondas sísmicas presenta cambios bruscos en su propagación, esto demuestra, necesariamente, que el material que atraviesa no es siempre del mismo tipo. Es decir, el interior de la Tierra se encuentra dividido en diferentes capas.
Las zonas del interior de la Tierra donde se producen cambios bruscos en la velocidad de propagación de las ondas sísmicas, reciben el nombre de discontinuidades sísmicas.
El planeta Tierra se divide en tres capas internas:
Corteza o litosfera. Es la capa más superficial de la Tierra. Su espesor no es uniforme; en los continentes llega a ser de 35 a 40 km, y en los fondos oceánicos raramente supera los 10 km de grosor. En su límite inferior se presenta ladiscontinuidad de Mohorovicic.
Manto. Es la capa intermedia, localizada entre el núcleo y la corteza terrestre. Se extiende desde la discontinuidad de Mohorovicic hasta la discontinuidad de Gutenberg. Su espesor es de aproximadamente 2,900 km. El manto terrestre se encuentra en estado fluido (líquido y gaseoso).
Núcleo. Es la capa más interna de la Tierra. Se extiende desde la discontinuidad de Gutenberg (desde los 2 900 km) hasta el centro de la Tierra, a más de 6 300 km de profundidad. El núcleo está formado por dos partes claramente diferenciadas:
- Núcleo exterior. Se extiende desde una profundidad de aproximadamente 2900 km, a partir de la superficie terrestre, hasta los 5 100 km (es decir, hasta la discontinuidad de Weichert) donde comienza el núcleo interior. Los estudios sobre esta zona permiten establecer que su composición es líquida y está formado principalmente por hierro y níquel en fusión.
- Núcleo interior. Se extiende desde la discontinuidad de Weichert (5 100 km de profundidad) hasta el centro de la Tierra. También se cree que está formado principalmente por hierro y níquel, pero que su composición es sólida.
Se considera que la temperatura dentro del núcleo es alrededor de 5 000 °C.
A su vez, la parte sólida de la Tierra (superficie terrestre) está rodeada por dos envolturas, que son: la atmósfera, constituida por gases; y la hidrosfera, formada por agua, principalmente oceánica.


La litosfera es la capa sólida de la Tierra y está compuesta por rocas y minerales. Pueden ser simples o compuestas, según tengan uno o más minerales en su composición. El grosor de esta capa va desde los 60 Km hasta la superficie.
La Corteza
La corteza de la Tierra forma parte de la litosfera, siendo la parte más superficial que va desde los 35 Km hasta la superficie. En esta capa se encuentran el Sial (formado por los continentes, islas y archipiélagos) y el Sima ( las zonas más profundas de los océanos).
Hidrosfera
Es la zona que está compuesta por agua por encima y por debajo de la superficie terrestre. La hidrosfera incluye los océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el hielo y la nieve. La hidrosfera de la Tierra está compuesta fundamentalmente por océanos, pero técnicamente incluye todas las superficies de agua en el mundo, incluidos los mares interiores y aguas subterráneas hasta una profundidad de 2000 m.
Biosfera
Es el sistema formado por el conjunto de los seres vivos que habitan el planeta Tierra, e incluye a todos los ecosistemas, ya sean grandes o pequeños. Los seres vivos están en los océanos y los continentes e islas. La biosfera tiene una gran importancia en astronomía, geología, climatología, paleogeografía, evolución y, en general, en todas las ciencias que tratan sobre la vida en la Tierra.
La átmosfera
La atmósfera es la parte gaseosa de la Tierra y es la capa más externa y menos densa del planeta. Está constituida por varios gases que varían en cantidad según la presión a diversas alturas. Esta mezcla de gases que forma la atmósfera recibe genéricamente el nombre de aire y esta compuesto de oxígeno (21%) y nitrógeno (78%). La atmósfera protege la vida sobre la Tierra absorbiendo gran parte de la radiación solar ultravioleta en la capa de ozono.
La Geosfera:
Es la parte del planeta Tierra formada por material rocoso (sólido o fluido), sin tener en cuenta la hidrosfera ni la atmósfera. Nuestro planeta, como otros planetas terrestres (planetas cuyo volumen está ocupado principalmente de material rocoso), está dividido en capas de densidad creciente. La Tierra tiene una corteza externa de silicatos solidificados, un manto viscoso, y un núcleo con otras dos capas, una externa sólidamente, mucho más fluida que el manto y una interna sólida.
Mesosfera:
En meteorología se denomina mesosfera o mesósfera1 a la parte de la atmósfera situada por encima de la estratosfera y por debajo de la termosfera. En la mesosfera la temperatura va disminuyendo a medida que se aumenta la altura, hasta llegar a unos -80 °C a los 50 millas aproximadamente.
Astenósfera:
la distribución de los máximos y mínimos del gradiente geotérmico sugiere una propagación del calor de forma convectiva, que se situaría precisamente en esta zona. A pesar de ser sólido el Manto, en esta zona, comprendida entre 200 y 800 km aproximadamente, un aumento de la plasticidad permitiría un flujo convectivo. A las corrientes de convección de la Astenosfera se les considera el auténtico motor de la dinámica interna de la Tierra.
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